Editorial: Wunderkammer
Páginas: 125
Fecha de publicación: 2020
Se trata de un ensayo en el que la autora, Begoña Méndez, habla sobre varias diaristas que se refugiaron en sus cuadernos personales para escribir desde la herida, en un diálogo íntimo que muestra su desnudez.
La primera de las diez mujeres que aparece es Santa Teresa de Jesús y me ha parecido sumamente interesante la interpretación de la autora respecto a su diario Libro de Vida, escrito bajo la supervisión de las autoridades eclesiásticas encargadas de controlar los movimientos de la santa.
Las siguientes escritoras de las que se habla son Soledad Acosta, Zenobia Camprubí y Lily Íñiguez, quienes usaron la escritura como medio de salvación e hicieron de ella un lugar al que regresar y reencontrarse, motivadas, en parte, por la búsqueda de la propia identidad.
En el capítulo IV encontramos a Teresa Wilms y a Marga Gil Roësset, mujeres cuyo talento convierten su final en un hecho, si cabe, más dramático de lo que fueron sus vidas. Esta última llamó especialmente mi atención, también el comportamiento de Juan Ramón Jiménez, en relación a la obra de ella. La interpretación de la autora del ensayo, en cualquier caso, es interesante.
Idea Vilariño y Alejandra Pizarnik tal vez formen parte de las autoras más populares de la obra y a lo largo del capítulo se recoge el sufrimiento de las dos, debido a los amores frustrados, la permanente insatisfacción o la necesidad inaplazable de escribir y de narrarse.
Me ha parecido una gran obra. El amor de la autora por la literatura es palpable, igual que la belleza de su narrativa. Sólo queda esperar la próxima entrega.
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